Todo lo que nunca fuimos #Alice Kellen

  

   Todo lo que nunca fuimos | Alice Kellen | 352 págs | 16.90€ | Editorial Planeta

Leah está rota. Leah ya no pinta. Leah es un espejismo desde el accidente que se llevó a sus padres. Axel es el mejor amigo de su hermano mayor y, cuando accede a acogerla en su casa durante unos meses, quiere ayudarla a encontrar y unir los pedazos de la chica llena de color que un día fue. Pero no sabe que ella siempre ha estado enamorada de él, a pesar de que sean casi familia, ni de que toda su vida está a punto de cambiar. Porque ella está prohibida, pero le despierta la piel. Porque es el mar, noches estrelladas y vinilos de los Beatles. Porque a veces basta un «deja que ocurra» para tenerlo todo.

Llevaba ya bastante tiempo con la mosca detrás de la oreja y es que, desde que salió este libro, no he parado de oír maravillas sobre él y la magnifica historia que se esconde tras sus páginas. Decidí por tanto, leerlo y anteponerlo a mis otras dos lecturas. No esperaba que fuera tan adictivo, pero debo decir que me lo leí en una tarde. Es una historia que te envuelve y no te deja indiferente, cada momento es crucial, los detalles y sobretodo los sentimientos que afloran en nuestros personajes hacen que poco a poco vayas abriéndote en canal como si fueras tú la propia protagonista de esta historia. Anteriormente ya había leído algo de la autora pero me ha parecido ver un cambio abismal en la forma de plasmar sus ideas sobre el papel. Su pluma es más intensa, madura e incluso podría llegar a decir que certera ya que consigue atraparte desde el primer momento en el que consigues sumergirte en la historia.

Centrándome en la trama de la novela, nos encontramos con Leah una chica llena de vida, risueña y donde el color juega un papel crucial en forma de maravillosas pinturas sobre lienzo. Suelen decir que cuando todo es perfecto es de color de rosa, pero para Leah todo se tiñó de negro cuando tuvo un desafortunado accidente de coche en el que iba con sus padres, los cuales, finalmente fallecieron. Este accidente deja a Leah muchas secuelas y desde entonces no ha conseguido volver a ser la misma persona que era antes. Se ha perdido en una especie de laberinto donde los caminos cada vez son mas enrevesados y las paredes, han hecho de este, su hogar alejándola por completo de la realidad y creando en ella una coraza que no puede romper por temor a volver a sufrir. Oliver, es su hermano mayor, desde entonces cuida de ella y hace todo lo posible por sacarla adelante. Un día, le ofrecen un trabajo en Sidney mucho mejor pagado que él que tenía. Aunque no es feliz, dedicándose a ello, hace de tripas corazón y se marcha para poder darle a su hermana una mejor vida y que así pueda ir a la universidad. Éste solo puede estar con ella una semana al mes por lo que decide pedirle a su mejor amigo Axel que cuide de ella en su ausencia.

Axel ha sido como un hermano para Oliver ya que se han criado juntos desde pequeños. Para Axel fue un golpe bastante duro ya que las personas que habían muerto en ese accidente además de ser sus vecinos se habían convertido en su hogar. A medida que vamos avanzando en la novela podemos ver cómo Leah consigue instalarse en la casa de Axel y cómo éste intenta con todas sus fuerzas conseguir devolver a Leah la vida que junto a sus padres, perdió en ese accidente. Poco a poco vamos viendo cómo Leah va desenterrando esos sentimientos que había sepultado bajo tierra y que pensó que nunca llegaría a volver a sentir. ¿Conseguirá Leah declararle su amor a Axel?

Esta novela toca temas muy importantes como son la depresión, la pérdida de un ser querido y el valor y el calor de la familia. En cuanto a la narración, tenemos capítulos intercalados por una parte, mediante la voz de Axel y otros contados desde la perspectiva de Leah algo que hace que conozcamos mejor a los personajes y que vayamos viendo la evolución que va transcurriendo a medida que vas navegando entre las páginas. Un detalle que me ha gustado bastante es que la historia se desarrolle con la banda sonora de los Beatles algo que le da un toque bastante añejo y especial. Con respecto al final, tengo que decir que fue rompedor e hizo que estuviera contando los días hasta que saliese la segunda parte. Alice Kellen escribe de maravilla, sabe cómo contar cada instante, se deja la piel para crear unos personajes reales en los que primen la naturalidad, la espontaneidad y sobre todo la originalidad. 

A veces, las personas necesitan algo más para recomponerse. Entre lienzos y pinceladas de colores, canciones de los Beatles, atardeceres y olas que domar bajo la costa australiana, dos personas empiezan emerger, buscando para sí, la inspiración que guardan cada uno bajo la mirada del otro.

(5/5)